viernes, 28 de septiembre de 2012

El secreto de la vida

Real Madrid contra el Bayern de Munich, semifinal de la liga de campeones.
Sergio Ramos, jugador encargado de tirar el último penalti decisivo, en sus manos (o en sus pies mejor dicho) estaba continuar en la siguiente ronda. Con un poco de valor, de maña, y de suerte, conseguiría clasificar a su equipo para la final de tan ansiado título, todo dependía de sí mismo. Pero falló, llegó el fallo, y con él, una gran marea de críticas, burlas y comentarios desagradables hacia el jugador.

España contra Portugal, semifinal de la eurocopa.
Sergio Ramos, casualmente, jugador encargado de tirar de nuevo, otro penalti decisivo. Otra vez, con un poco de valor, de maña y de suerte, conseguiría que la victoria fuera de su equipo. Algo cambió, algo diferenció la gran marea de críticas posteriores, de las de hace unos meses atrás, y es que ésta vez, el jugador conseguía marcar el penalti, un penalti que muchos se atreven a catalogar, como uno de los mejores de la historia, pues destacó por su técnica y su precisión. Las críticas por tanto, se convertían en halagos y en bendiciones.

David Bisbal, año 2002, canta por primera vez, su canción "Ave María". Años después, repetiría esa misma canción, esa que mil millones de veces habría tenido que cantar, seguramente, en otras ocasiones, y frente a otro público diferente.

Y os preguntaréis, ¿Que sentido tienen todas las anteriores situaciones? Pues bien, los valores que se esconden tras esas historias tienen mucho que ver con los valores que toda persona debería poseer, pero a demás si lo aplicamos a nuestro mundo, al mundo de la docencia, cobran mucho más sentido.

En primer lugar, nos encontramos ante el don de la superación, de la entrega, y el valor que hay que adoptar en muchas ocasiones frente a la vida. Igual que Sergio Ramos, debemos tener en cuenta que no siempre es posible acertar, que viviremos situaciones en la que tendremos que aceptar que nos hemos equivocado, que seremos criticados y no por ello debemos hacernos más pequeños y dejar de luchar, al contrario, deben ser esas situaciones las que nos hagan crecernos y mejorar como personas. Aprender, la vida se trata de aprender a superarnos. Cómo maestros, fallaremos muchas veces, habrán veces que usaremos la técnica errónea, que estaremos expuestos a críticas, y deberemos continuar, mirar hacia el frente y con valor, asumir riesgos, porque hay algo muy claro en nuestro camino, y es que "no hay mayor riesgo, que no arriesgar". Si arriesgamos podemos ganar o perder, peros sino, ya estamos perdidos.

Para finalizar,David Bisbal nos da una lección de entusiasmo por su trabajo. Analicemos, ¿en cuantas ocasiones habrá cantado la misma canción?, ¿cuántas veces, aún sin ganas, habra tenido que seguir adelante, y cantarla una vez más? No quiero ni imaginarlo. Es un ejemplo fabuloso para nosotros, los futuros maestros, ¿cuántas veces tendremos que enseñar la misma historia?, ¿cuántas veces, aún sin ganas, tendremos que continuar con la lección, una vez más, y las que sean necesarias? Serán incontables, y por tanto debemos tener en cuenta la ilusión, el entusiasmo. Amar una carrera conlleva asumir consecuencias, David Bisbal, jamás abandonará a su público, continuará cantando la misma canción años y años, sabiendo que para él es una vez más, pero para muchos, será la primera, tendrán la emoción de disfrutar de su voz por primera vez, y el no podrá defraudarlos. Un maestro se debe a sus alumnos, esos alumnos que comienzan un curso ilusionados, alumnos que caen en sus manos, para mejorar aprender y avanzar como personas, es por ello que deberá esforzarse y no abandonarlos jamás, continuando día a día repitiendo la misma historia, a niños que cada año, serán diferentes.

Éste es el secreto de la vida, vivamos ilusionados, amemos lo que hacemos y hagámoslo de la mejor manera posible. Seamos constantes y luchemos tras las adversidades que se nos puedan presentar, sin olvidar que a veces, es la última llave la que abre la puerta. Ilusión, entrega, valor, superación, constancia, entusiasmo. No lo olvidemos JAMÁS.


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